sábado, 8 de octubre de 2011

Los "ecos" infantiles de la TV desnuda


El cuerpo de Cinthia Fernández no fue lo único que quedó al desnudo esta semana en "Bailando por un sueño". También el progresivo corrimiento de los límites que separan los contenidos aptos para televisión abierta de los que no lo son.
Por estos días, la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) está analizando el material que se emitió el lunes pasado en el programa de Marcelo Tinelli para ver si caben o no sanciones a Canal 13.
Más allá de eso, las imágenes despertaron la preocupación y el rechazo de pediatras, psicólogos y educadores, que consideraron que el debate no se limita al horario de protección al menor, ya que, como suele ocurrir con este tipo de escándalos mediáticos, el contenido se reprodujo en otros programas y en Internet, convirtiéndose en el tema obligado de la semana en los patios de la mayoría de los colegios.
"Prácticamente no hubo chicos que quedaran al margen de lo que había pasado en lo de Tinelli y esto nos obliga a replantearnos como sociedad si el límite es únicamente el horario de protección al menor", apuntó el pediatra mediático Diego Montes de Oca.
"Para un chico en edad de formación, contenidos como los que suelen verse en ese programa son muy perjudiciales. Fertilizan la erotización a una edad temprana, sobre la base de una disociación entre el cuerpo y la persona", apuntó Mónica Cruppi, miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y full member de la International Psychoanalytical Association, quien además se dedica a investigar temas de familia y niñez.
"No están preparados [los chicos] para procesar este tipo de imágenes. Por algo existe una protección al menor, no es sólo una cuestión legal, moral o cultural. Ellos no están capacitados para elaborar este tipo de contenidos", asegura la pediatra María Inés Lupz, presidenta de la Subcomisión de Salud Infantil y Ambiente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
La polémica también dejó en evidencia la falta de controles que existen sobre los contenidos televisivos. "Si confirmamos que miles de chicos vieron estas imágenes, estamos afirmando que fallaron al menos dos controles: primero, el de las autoridades que regulan en materia de televisión. Aplicar sanciones después, ya es tarde. Y, segundo, y creo que más importante, falló el control de los padres, porque no se puede olvidar que no es la primera vez que este programa difunde imágenes como éstas; más bien es habitual. La diferencia son centímetros de ropa. Y, si los chicos no lo vieron en televisión sino que lo vieron por Internet, también los padres son responsables de lo que hacen sus hijos en la computadora", apunta Ariel Melamud, pediatra y coordinador del Grupo de Informática de la SAP.
Entre las recomendaciones que hace la Sociedad Argentina de Pediatría a los padres se incluye no dejar a los hijos que vean televisión solos: "La mayoría de los niños y adolescentes ven en promedio tres horas de televisión por día. Esto quiere decir que, para cuando haya terminado la secundaria, el hijo habrá pasados tres años enteros de su vida mirando televisión. Los padres tienen un papel fundamental y el mejor mensaje que pueden dar es sentarse a ver televisión con los chicos, además de seleccionar los programas que ven los niños y adolescentes", dice.
"Si vemos televisión con ellos, podemos ayudar a elaborar los contenidos. Los chicos nos prestan más atención de lo que pensamos, incluso los adolescentes: quizá no hacen caso a lo que les decimos pero toman nuestro ejemplo, que es más lapidario", afirma Montes de Oca.
"Para un chico es muy sano ver que su papá apaga el televisor cuando ve que es un contenido inapropiado. Ahora, si en los padres ve una actitud de queja pasiva, el mensaje es muy contradictorio. Hay programas que tienen contenido muy positivo y los chicos no los consumen porque los padres no se sientan a verlos", explica Lupz.
Los especialistas reconocen que el impacto puntual de las imágenes de la polémica no es igual para la generación adulta que para los niños y jóvenes.
"Es probable que la exposición frecuente a contenidos de tipo sexual haya hecho que se diluya el impacto", apunta Melamud. De todas formas, es un estímulo acumulativo que modifica la concepción y la autoidentificación de la nueva generación.
"Para los adultos, es un escándalo pero, para los chicos, son sólo unos centímetros de ropa de diferencia. El efecto a largo plazo es más profundo. Los chicos de la nueva generación toman su cuerpo como algo que no tiene importancia, no hay pudor por el cuerpo porque es un objeto más que les pertenece. Esto tiene que ver con el adelantamiento de la iniciación sexual. El cuerpo no son ellos, es algo de ellos", opina Montes de Oca.
"El programa [de Canal 13] fue subiendo de tono paulatinamente, fue pasando los límites de a poco. Las mujeres y los hombres son objetos. Es un síntoma social. ¿Qué pasa en la familia? El mensaje que estamos dando es, por un lado, que hay que estudiar, trabajar pero, a la vez, les estamos mostrando que siendo objetos son valorados. Les enseñamos la sexualidad desconectada de los afectos. Después, nos sorprendemos de que haya tantos divorcios, alcoholismo, chicos que dejan el colegio. Los vemos todos como hechos aislados, sin percibir el hilo conductor de valores que los enlaza", apunta la psicóloga Eva Rottemberg, directora de la Escuela para Padres ( http://www.escuelaparapadres.org/).
lanacion.com

No hay comentarios: