lunes, 19 de septiembre de 2011

"La virginidad no se pierde, se regala"


La sexualidad adolescente no se enseña sólo en esa etapa, se enseña toda la vida. Depende de cómo los padres vivan el tema y cómo se evalúan en las familias los estereotipos sexuales.
Hablar de sexo no es hablar sólo de sexualidad. También incluye factores afectivos, valóricos y espirituales que la hacen una parte importante de nuestro desarrollo emocional.
Antes de los 19 años, en hombres y mujeres, el cuerpo no está preparado para tener una sexualidad bien entendida y comprometida con las posibles consecuencias, como tener un hijo o adquirir enfermedades venéreas.
Debe haber un compromiso donde yo sé quien soy y quien es el otro. La virginidad no se pierde, yo puedo perder un llavero y no me doy cuenta y capaz lo encuentre. La virginidad se regala, se dona a alguien que quiera, porque va a formar parte importante de mi vida emocional o de mi historia.

Cómo "encarar" a los chicos
El tema hay que hablarlo con total naturalidad y confianza. Es importante la relación afectiva que exista entre ambas partes, porque si yo no conozco los amigos de mi hijo o hija, no sé qué exámenes tiene esta semana en el colegio, difícilmente podré hablar de temas tan profundos como son la sexualidad y los efectos que produce el vivirla sin compromiso y sin afectividad conciente.

¿A qué edad tienen su primera vez?
Se aprecia un apuro por vivenciar el sexo lo antes posible, tal vez, para compensar déficits emocionales y sensaciones fuertes de soledad. Por eso, desde los 14 años ya se pueda apreciar un inicio sexual inadecuado. En el caso de las mujeres, más de un 60% lo sigue haciendo por miedo a ser abandonada por el supuesto amor del momento.
También tiene que ver con la sobreerotización a la que estamos expuestos. Hasta para vender un camión se necesita una mujer en lolas. Y los padres desde muy pequeños, y en forma inadecuada, les preguntan a los niños si tienen novio o novia.
La sexualidad debe darse en un concepto de madurez afectiva y social que tiene que estar respaldada por una relación sana con los adultos cercanos y donde se entienda que para ser libre primero se hace lo que se debe y después lo que se quiere.   

Por Pilar Sordo
entremujeres.com

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