martes, 13 de septiembre de 2011

El misterio de los cristales gigantes de Naica

FOTO: Javier Trueba & Madrid Scientific films
Es una 'catedral de cristales' construida por las fuerzas geológicas, una maravilla de armonía cristalina o un escenario de ciencia ficción sacado de la cueva secreta de Superman. Todas estas explicaciones sobre el aspecto de la Cueva de los Cristales Gigantes de Naica corresponden al experto del CSIC Juan Manuel García Ruiz, el hombre que acaba de desvelar el origen de esta singular cámara subterránea.
La cueva es uno de los monumentos geológicos más extraordinarios del mundo y permanecía enterrado en las profundidades de una mina de plomo y plata en el desértico estado mexicano de Chihuahua . La cueva de los cristales gigantes de Naica es la más extraordinaria acumulación de cristales de yeso conocida en el planeta y no fue descubierta hasta el año 2000 cuando los operarios que excavaban una galería a 300 metros de profundidad hallaron una sala de belleza estremecedora.
Normalmente, los cristales de yeso no miden más que unos centímetros, pero en la cámara subterránea de Naica, cuyo ambiente es sofocante, con 50º C de temperatura y un 90% de humedad relativa, hay estructuras cristalinas de yeso que superan los 10 metros de longitud y el metro de ancho.
El cristalógrafo Juan Manuel García Ruiz, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, fue uno de los primeros científicos en tener acceso a la cueva y ahora acaba de desvelar el secreto del extraordinario crecimiento de estos cristales. García Ruiz es el autor líder de una investigación que acaba de publicarse en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). En el artículo, en el que participan expertos de la Universidad de Tohoku (Japón), el experto del CSIC explica que el gran crecimiento de estas estructuras de yeso se debe a la lentitud con la que han cristalizado.
Según sus cálculos, estos cristales aumentan a un ritmo que equivale a ganar el grosor de un cabello cada 100 años. «El crecimiento es tan lento que hasta ahora era casi imposible de medir. En este estudio lo hemos conseguido gracias a un microscopio que hemos diseñado con la Universidad de Sendai, de Japón. Este instrumento nos ha permitido estimar que algunos de los cristales ha estado creciendo durante cerca de un millón de años», explica García Ruiz.

Fuerzas geológicas

Precisamente, la colaboración con la universidad nipona provocó que García Ruiz estuviera el pasado 11 de marzo en el área de Japón castigada por el gran terremoto. El cristalógrafo español vivió en primera persona el tsunami y sobrevivió a él gracias a ayuda de sus colegas y estudiantes de la Universidad, de quien elogia su temple y solidaridad.
De sufrir la virulencia y rapidez del terremoto, García Ruiz ha pasado a indagar en el otro extremo de los procesos geológicos, ya que el secreto de la cueva de Naica es la lentitud y continuidad de los fenómenos y el profesor del CSIC ha conseguido explicar cuáles son los que han llevado a crear estos cristales tan grandes y esta cámara subterránea tan singular.
Debajo de Naica existe un punto caliente volcánico que ha estado emitiendo calor, liberando minerales y creando los depósitos de metales de la mina desde hace millones de años. La cámara de los cristales, que mide 35 metros de largo por 20 de ancho y tiene una altura media de unos ocho metros, estuvo siempre anegada por agua a alta temperatura y rica en los mismos minerales que forman los cristales de yeso.
Fueron estas condiciones las que permitieron la lenta y continua cristalización, que empezó a darse cuando la temperatura del agua bajó de 58º C, han descubierto García Ruiz y su equipo. Precisamente, la cueva salió a la luz en el año 2000 porque para explotar la mina se está drenando el subsuelo de Naica. Esto ha provocado que quede expuesta al aire, que los cristales dejen de crecer y que corran peligro de deterioro.
�Las minas de Naica son ricas en plata, plomo y zinc, y en la actualidad se sigue trabajando en ellas. Por eso ya no hay agua en la cueva y los cristales han parado de crecer, pero si algún día, cuando dejen de bombear el agua hacia el exterior, el agua vuelve a la sala, los cristales de selenita, que ya son los mayores del mundo, continuarán creciendo�, explica el investigador del CSIC.
García Ruiz aboga por proteger estas «maravillas de armonía cristalina» y llama la atención sobre la importancia de otros yacimientos con cristales grandes de yeso y que aunque no tan grandes como los de Naica tienen alto valor estético y científico. Esas minas están en España y fueron además el origen de sus investigaciones. Son las las cuevas de Sorbas (Almería)y las minas romanas de Segóbriga, en Cuenca.
Precisamente, la pasión de García Ruiz por estos cristales gigantes de yeso le ha llevado a realizar un documental de divulgación titulado El secreto de los cristales gigantes y que lanza una visión sobre estos yesos cristalizados, desde el uso que los romanos hacían para las ventanas de los que extraían en Segóbriga hasta el descubrimiento ya en el siglo XXI de la extraordinaria cámara bajo el desierto de Chihuahua. El filme está dirigido por Javier Trueba y mezcla brillantemente historia, ciencia y la trepidante trama de la persecución que García Ruiz ha llevado a cabo durante años por todo el mundo de estas maravillas naturales.
elmundo.es

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