domingo, 27 de febrero de 2011

Un argentino creó el auto más caro del mundo: vale un millón de euros

EL ARTE Y LA CIENCIA. EL ARGENTINO HORACIO PAGANI JUNTO A SU CREACIÓN, EL HUAYRA, QUE SIGNIFICA DIOS ANDINO DEL VIENTO.
Leonardo Da Vinci sostenía que el arte y la ciencia podían caminar juntos, y yo seguí esa escuela”. La frase lleva la firma de Horacio Pagani, el argentino que creó el auto más caro del momento: su última invención se llama Huayra –Dios andino del viento–, vale como mínimo un millón de euros y ya vendió 50 unidades en dos meses.
Sus autos reflejan exactamente esa filosofía “Da Vinci”: son obras de arte, a tal punto que un magnate árabe los exhibe en el living de su mansión, pero también tienen lo más novedoso en cuanto a tecnología, con componentes que se usan en la industria aeroespacial.
Su fábrica en Módena, Italia, se parece a un laboratorio, con operarios que trabajan sobre cada modelo con minuciosidad de artesanos. Por ejemplo, los 1.200 tornillos que tiene el Huayra son de titanio. Un tornillo de acero, como los que lleva un auto normal, cuesta 20 centavos de euros, mientras que los que tiene el Huayra pueden costar entre 30 y 100 euros.
Pequeños detalles que marcan la diferencia. Por ejemplo, cada uno de los autos vienen con un kit de valijas de cuero y con un par de zapatos de hombre y otro de mujer, además de un kit de belleza.
Pagani nació en Casilda, Santa Fe, y desde chico siempre tuvo pasión por los autos. “Modificaba los que me compraban, o fabricaba nuevos modelos en madera balsa. Siempre tuve una vocación muy marcada y ahora trato de mantener esa pasión infantil”.
A los 16 años ya había fabricado una moto y un año más tarde un buggy. Terminó el secundario y Casilda le iba quedando cada vez más chica. Se fue a Italia, la meca para los diseñadores de autos, con Cristina, entonces su novia y hoy su mujer. Llevaba una carta de recomendación del quíntuple campeón de Fórmula 1, Juan Manuel Fangio, y consiguió un trabajo como cadete en la fábrica Lamborghini, una de las más importantes del mundo. “Era obrero de tercer nivel, ayudaba y trataba de aprender. Era el que primero llegaba a la mañana y el último que se iba a la noche”, recuerda Pagani. Aprendió, evolucionó y se especializó en un material, la fibra de carbono, más resistente y liviano que el acero. En 1991 armó su propio emprendimiento, creó su marca y lanzó el Zonda –otra referencia al viento–, un superauto que costaba medio millón de euros y se convirtió en un objeto fetiche para coleccionistas, millonarios y jeques árabes. De hecho, algunos de los compradores del Huayra deberán esperar más de un año hasta tener el suyo.
“Hay clientes que se volvieron fanáticos de la marca. Tienen ya 4 Zondas y ahora pidieron el Huayra. Nostros hacemos autos con una tecnología que no tiene ningún otro automóvil. Es una exclusividad muy valorada”, reconoce Pagani.
Pero como todos los que saben combinar talento con esfuerzo, Pagani desestima el rol del dinero y prefiere hablar del poder de los sueños. “Nunca trabajé por dinero. Solo sirve para que la empresa siga adelante”. Planea crear una escuela de arte, ingeniería y diseño en Casilda, para el que ya compró un terreno de dos hectáreas “La idea es formar gente con mi perfil, una mezcla de ingenieros y artistas. Es un sueño. Me va a llevar 10 o15 años, pero lo voy a hacer”. Lo firma el hombre que siempre le hace caso a sus sueños.
clarin.com

1 comentario:

Gonzalo dijo...

A mi no me parece mal que se hagan autos caros, siempre y cuando lo valgan. Por lo que dice acá, tiene componentes exclusivos y está hecho "como a mano". Eso puede tener muchos beneficios. Quizás es caro la primera vez, pero después no se te rompe nunca. Yo sé un poco deautos y a veces es mejor pagar más y después no tener que comerse el garrón de llevarlo a arreglar cada dos meses!