lunes, 9 de agosto de 2010

"Yo nací lesbiana"

Por Verónica Dema
lanacion.com
La psicóloga Graciela Palestra mira a su colega y pareja Silvina Tealdi en la sede de la ONG Puerta Abierta y dice: "¡Pensar que nosotras creíamos que después de la ley de matrimonio igualitario no habría temas para discutir ni grandes preocupaciones para plantear!". Se equivocaron: la felicidad de ese día, que celebraron con una especie de fiesta en la sesión de terapia, se mantiene pero cada día descubren nuevos temas que las desvelan.
La aprobación de la ley es sólo un paso y las parejas de lesbianas sienten que aún hay mucho por conversar de lo que les pasa. "Persisten muchos prejuicios y discriminación", dice Graciela.
Ahora, mientras esperan a las 20 mujeres que cada martes se acercan a la terapia grupal, las impulsoras del primer centro de jubilados gays de América latina cuentan que hace varios años iniciaron con la terapia grupal para homosexuales, un espacio que crece y que hoy convoca a mujeres de entre 20 y 70 años (la propuesta se replica en grupos de varones, que se reúnen miércoles y jueves).
"Yo nací lesbiana y esta ley me hizo muy feliz, sobre todo pensando en los jóvenes", reflexiona Yolanda, de 70 años. "Nosotras venimos a charlar sobre nuestros problemas en ámbitos como éstos, en donde nos sentimos entre pares; por mi parte ya no pido mucho más, ya hice mi vida".
Norma Castillo, que constituyó con Ramona "Cachita" Arévalo la primera pareja de mujeres en casarse en el país, también participa del grupo y se siente "como en su casa". Cuenta que la reconocen cuando anda por la calle: "Hay gente que me llama para felicitarme; también están los otros, los que te dicen cosas. Yo respondo con respeto, como siempre", dice y ya una ronda de mujeres la escucha.
Del grupo de 20 que participan en Puerta Abierta sólo cuatro se animan a hablar. Las demás, van llegando al lugar de reunión pero le dan la espalda a la cámara. Más tarde, una de las terapeutas explica las razones: familiares o compañeros de trabajo no saben de su preferencia sexual y no se pueden exponer. Ellas sonríen como confirmando que ninguna ley, por más esperada e importante que sea, resolverá sus conflictos íntimos.
El por qué de estos grupos de reflexión, según Puerta Abierta
No es fácil ser homosexual en la Argentina. Todavía nuestra sociedad está contaminada de prejuicios que promueven la discriminación. Como consecuencia de ésto, es habitual escuchar en el consultorio a gays y lesbianas que sufren la soledad de creerse los únicos seres distintos de este mundo, donde no hay cabida para sus sensaciones, para su modo de amar, de desear, de percibir.
En la mayoría de los lugares a menudo no pueden hablar de lo que sienten (trabajo, familia, amistades, etc.) y ésto lleva a una doble vida, "la historia oficial y la otra", que es perjudicial para su salud, además de ser una gran injusticia contra los derechos humanos. Habitualmente un gran porcentaje de las personas lgbt (lesbianas, gays, bisexuales y trans) hacen terapia, pero, en general, no alcanza con una hora de psicoterapia a la semana, sino que también necesitan un espacio donde sentirse libres, donde sentirse acompañados por pares e, incluso, donde encontrar su propia identidad.

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