miércoles, 11 de agosto de 2010

El turismo médico propaga las bacterias resistentes

En 2009, un paciente sueco viajó a la India para someterse a una operación de cirugía estética. A su vuelta a Europa, un grupo de científicos británicos detectó que portaba en su organismo un tipo de bacteria resistente a los antibióticos. Pero él no es el único, la revista 'The Lancet Infectious Diseases' advierte que estos patógenos están ampliamente extendidos por India, Bangladesh y Paquistán, pero también en el Reino Unido.
La preocupación de la noticia viene por el hecho de que este tipo de bacterias resistentes a los antibióticos pueden extenderse fácilmente por todo el mundo si las autoridades no toman medidas.
Según explica en el artículo Timothy Walsh, de la Universidad británica de Cardiff (el mismo que trató al paciente sueco en 2009), las muestras analizadas en varios países demuestran que el gen responsable de las resistencias a los antibióticos está ampliamente extendido en las muestras bacterianas recogidas en varios países.
Concretamente, los investigadores analizaron cientos de enterobacterias, un tipo de bacteria Gram negativa entre las que destacan tipos como la 'Escherichia coli' y que protagonizan muchas de las infecciones hospitalarias. En un amplio porcentaje de ellas detectaron el gen NDM-1, responsable de su 'rebeldía' ante los antibióticos.
Como explica en un comentario en la misma revista Johann Pitout, de la Universidad de Calgary (Canadá), es especialmente preocupante su resistencia a un tipo de antibióticos, los carbapenemos, que se emplean a menudo como última opción de tratamiento para las infecciones multirresistentes por enterobacterias. Pero también observaron resistencias a otras familias de antibióticos, como las fluoroquinolonas o los aminoglucósidos.
En el caso de los pacientes británicos con dichas bacterias rebeldes, los autores advierten que muchos de ellos habían viajado a la India a someterse a algunos tipos de cirugías menores; como también se ha observado en el caso de pacientes estadounidenses, holandeses o canadienses con infecciones resistentes.
Muchos de ellos, explica Pitout, acuden a países como China o Corea del Sur para ahorrarse listas de espera y algo de dinero, aunque a tenor de este escenario, deberían pensárselo dos veces. A las autoridades sanitarias les toca, por su parte, el control de este turismo médico y una estrecha vigilancia de quienes regresan a Europa para detectar a tiempo cualquier brote de bacterias resistentes.

elmundo.es

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