jueves, 6 de mayo de 2010

Unos médicos difunden en Internet la extracción de una botella de un ano

La cirugía se perfilaba como una rutina más en el quirófano del hospital público Marcial Quiroga, el segundo más importante de la provincia argentina de San Juan. Había que extraer una botella de gaseosa de 500 centímetros cúbicos del ano a un paciente, que nadie sabía a ciencia cierta cómo había ingresado allí aunque lo imaginaban.
El hombre, de mediana edad, yacía dormido sobre la camilla, echado de cúbito ventral. Todo hasta allí transcurría con normalidad. Pero cuando el médico proctólogo comunicó a sus colaboradores de qué se trataba la operación, estalló la 'verbena'.
Un enjambre de cirujanos, anestesistas, enfermeras y hasta curiosos se empezó a agolpar en la sala de cirugía del hospital. Varios, los más morbosos, desenfundaron el móvil con cámara de vídeo y, así, la cirugía quedó 'inmortalizada' en toda su crudeza con el pompis del caballero como protagonista absoluto.
Pocas horas después de la intervención, un vídeo ya había sido subido a Youtube bajo el título "Diversión en el Marcial Quiroga, San Juan, Argentina". La primera versión resultaba vomitiva de ver por la crudeza de las imágenes y este martes Youtube mantenía una edición recortada.
En el vídeo original podía observarse a 12 personas de bata y mascarilla haciendo bromas y burlas de todo tipo mientras iban y venían en torno al paciente. "¿Quién es el padre de la criatura?", pregunta uno y otro se queja de que hay "muchos chusmas (chismosos)".
"Esto lo vamos a subir a Internet", se le escucha decir a una mujer. Hacia el final, el cirujano levanta la botella, la muestra a la cámara y dice la marca de la gaseosa. Más adelante son enfocadas las radiografías donde se ve claramente la silueta del envase de 500 centímetros cúbicos en el recto del paciente.
La directora del hospital, la doctora Susana Rudaeff, dijo que no había podido ver el vídeo, pero advirtió que, si la denuncia recibida por el centro de salud era correcta, se tomarán "medidas inmediatamente" contra los profesionales involucrados.
Para el ministro sanjuanino de Salud, Oscar Balverdi, no hay dudas de que los profesionales de la salud incurrieron en un delito. La ley nacional 26.529 establece el derecho a la intimidad y a la confidencialidad de la información sanitaria de las personas.
Esa norma sólo podría saltarse si la difusión tiene fines académicos e incluso para ello se debe contar con el consentimiento previo del paciente. El caso se asemeja a otro similar ocurrido recientemente en Grecia, donde el paciente demandó al hospital y fue indemnizado.

elmundo.es

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