lunes, 24 de mayo de 2010

Se usan más palabras extranjeras

Cynthia Palacios
LA NACION
Please , light , shopping , fashion , delivery , sale , e-mail . Nadie se sorprende ni pregunta a qué nos referimos cuando estas palabras se cuelan en nuestra conversación cotidiana. Es un hecho: apropiarse de palabras de otros idiomas, fundamentalmente del inglés, y usarlas habitualmente es un fenómeno que se instaló en nuestro país hace unos años.
Para evaluar la opinión de los argentinos frente a esta costumbre, TNS Argentina realizó una encuesta que, entre otras conclusiones, destaca que más de la mitad de los consultados considera que es una consecuencia inevitable del proceso de globalización, aunque el resto declara que es algo que se debería evitar.
Sin embargo, al consultarlos acerca del uso personal de palabras en otros idiomas, sólo un tercio de la población adulta argentina declara utilizarlas en su vida diaria. El estudio fue realizado entre 1010 adultos de todo el país, en marzo último.
Esta tendencia, la de utilizar más palabras en idioma extranjero, creció con el paso del tiempo: ocho de cada diez argentinos declaran que es más habitual hoy que hace 10 años.
Este proceso es reconocido por la mayoría de los entrevistados en todos los segmentos sociodemográficos, y se observa con más fuerza en esta ciudad: el 92% de los consultados opinan así, mientras que lo hace el 74% en el Gran Buenos Aires y el 77% en el interior.
Concretamente, el 57% de la población considera que el fenómeno es parte inevitable de la globalización, mientras que en la medición del 2006 el 51% declaraba lo mismo.
Es entre los jóvenes de entre 18 y 24 años, en la clase alta y en la Capital Federal donde se encuentra la mayor proporción de consultados que declaran hacer uso cotidiano de palabras extranjeras.
"Al analizar los segmentos sociodemográficos, se observa que la opinión acerca de la incorporación de palabras en otro idioma se corresponde con el proceso de la globalización, que crece significativamente a menor edad: alcanza a siete de cada 10 jóvenes de entre 18 y 24 años, contra cuatro de cada 10 mayores de 65, y entre los niveles socioeconómicos más altos (69% en los sectores altos frente al 63% en los medios y 51% en los bajos)", destaca la investigación.
En concordancia con lo anterior, el rechazo a este fenómeno tiende a ser más fuerte a medida que aumenta la edad de los argentinos y disminuye el nivel socioeconómico.
Al consultar acerca del uso personal de palabras en otro idioma, más de la mitad de la población argentina (62%) declara no utilizarlas.
Por su parte, el 35% de los argentinos reconoce hacer uso de manera cotidiana de palabras en lenguas extranjeras.
"Creo que estos cambios en el léxico son formas en las que se exhiben ciertas relaciones de poder y vínculos de pertenencia", opinó la semióloga y analista del discurso María Elena Ques, consultada por LA NACION.
Para la docente de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) y de la Universidad de General Sarmiento, en las cuestiones relacionadas con lo tecnológico, las nuevas invenciones que carecen de nombre en nuestra lengua se incorporan con las palabras originales, que en general provienen de sociedades desarrolladas técnicamente.
"En ese sentido, el esfuerzo por imponer un término equivalente en español no son exitosas. Llamar «ratón» al mouse o «mercadeo» al marketing resulta forzado", señaló Ques.
Por otra parte, la semióloga entiende que hay una razón de corte más ideológico-social: "Tiene que ver con usos que marcan una pertenencia de clase o grupo, como los que se observan en la publicidad, la moda o la arquitectura".
"Otra línea tiene que ver con algunos tabúes, por ejemplo, en lo relacionado con las cirugías estéticas, en que lifting parece menos doloroso que «cirugía plástica»", graficó Ques.
"Los resultados de este estudio nos muestran una vez más que la globalización es un fenómeno fuerte, sobre todo entre las generaciones más jóvenes para quienes este proceso es algo totalmente natural -señala la gerente general de TNS Argentina, Constanza Cilley-. Al haber nacido en la era de la globalización, ellos absorben de una manera casi inmediata las influencias del exterior."
Hay un dato llamativo: aunque sólo tres jóvenes argentinos dijeron hablar otra lengua, seis de cada diez declararon haber incorporado en su lenguaje cotidiano palabras en otro idioma.
-¿Por qué cree que se da más entre los jóvenes? -preguntó LA NACION a Ques.
-Porque están más cerca de la cuestión tecnológica y son más permeables. Buscar la pertenencia a un grupo siempre es más fuerte entre los jóvenes, que están en plena construcción de su identidad.
-¿Por qué cree que, aunque muchos observan esta tendencia, no la sienten como propia?
-Creo que quizás usan estos términos, pero no lo perciben. Es muy notorio el tipo de distancia entre los niveles socioeconómicos, los que tienen menos acceso a otros idiomas resisten más estas prácticas.
La lingüista Ivonne Bordelois se mostró poco sorprendida con la encuesta. "El número de palabras extranjeras -fundamentalmente en inglés- ha aumentado en los últimos años por la expansión de la tecnología y la industria electrónica. Este proceso no es ni bueno ni malo, sino inevitable, y su influencia es mayor en las generaciones más jóvenes", planteó.
"Como lingüista y ciudadana, me interesaría saber si, como lo intuyo, la Argentina no es, dentro del Mercosur, el país más permeable a la influencia estadounidense, no sólo por el número de palabras adoptadas, sino por las actitudes culturales asimilacionistas, que llegan a la adopción de fiestas como la San Valentín y Halloween", agregó Bordelois.

lanacion.com

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