viernes, 14 de mayo de 2010

El poder de los amuletos de la suerte

Puede la suerte realmente influir sobre el desenlace de un evento? Esa pregunta ha cautivado durante siglos incluso a personas normalmente muy racionales en otros ámbitos y ha planteado un desafío para los científicos que quieren descubrir si de alguna forma los amuletos, camisetas de la suerte y comportamientos rituales tienen poderes especiales.
La respuesta es que sí. (A veces). Una nueva investigación que será publicada en junio sugiere que creer en la buena suerte puede afectar el desempeño.
En una prueba realizada por investigadores de la Universidad de Colonia, en Alemania, los participantes en un campo de golf a los que se les dijo que estaban jugando con una "pelota de la suerte" acertaron 6,4 hoyos sobre 10, casi dos hoyos más, en promedio, que aquellos a quienes no se les dijo que la pelota traía suerte. Se trata de una mejora de 35%. Los resultados sugieren nuevas formas de pensar sobre cómo se percibe la suerte, y mantienen intrigados a los psicólogos conductistas.
"Nuestros resultados sugieren que la activación de una superstición puede arrojar efectos de mejoría del desempeño", afirma Lysann Damisch, coautora del estudio de Colonia, que se planea publicar en la revista Psychological Science. El tamaño de la muestra, de sólo 28 estudiantes universitarios, era pequeño, pero el efecto fue lo suficientemente grande como para ser estadísticamente significativo.
Todo bajo control
Creer en la buena suerte puede ayudar a la gente sólo en situaciones en las que tienen control sobre el desenlace. No puede, por ejemplo, ayudar a la gente que apuesta en una carrera de caballos.
Pese a que las conclusiones todavía no han sido publicadas, este estudio podría llevar a los psicólogos a explorar formas de estudiar las creencias de la gente en la buena suerte. "Que nos digan que esto es una pelota de la suerte es suficiente para afectar el desempeño", señala Stuart Vyse, profesor de psicología de Connecticut College y autor de Believing in Magic: the Psychology of Superstition (algo así como "Creer en la magia: la psicología de la superstición").
Cuando Anthony Overfield conduce su motocicleta, siempre lleva consigo sus campanas "gremlin". El aficionado de las motos, de 46 años, dirige un sitio Web, New York Biker, y vende mercancía relacionada a las motos en ferias de Nueva York. Las campanas "gremlin" son su producto más popular. Muchos motociclistas creen que estas pequeñas campanas de bronce, colocadas en la parte posterior de sus motos, ahuyentan los accidentes.
"Mi bicicleta está en buen estado", afirma. "Soy saludable. No he tenido ningún accidente". En pocas palabras, sus amuletos de la suerte parecen estar funcionando.
Aun así, a menudo la gente sobrestima el control que tiene sobre una situación. Para un ensayo de 2003, investigadores en el Reino Unido convocaron a 107 corredores de bancos de inversión de Londres para que jugaran un videojuego que simula un índice bursátil. Les dijeron que presionar las letras Z, X y C en el teclado "podría tener un efecto sobre el índice", cuando en realidad no era así.
Sin embargo, muchos corredores tenían una ilusión de control. Esta característica podría haber perjudicado su desempeño laboral. Los corredores en el estudio que tenían la falsa creencia de control más fuerte tenían salarios más bajos en la vida real, lo que sugiere que una creencia excesiva en su propio control sobre la "suerte" podría perjudicar sus decisiones de corretaje.
"La idea de que vestir una camisa roja, recitar algún tipo de conjuro o plegaria, o llevar un amuleto traerá buena suerte es muy atractiva porque le da a la gente la ilusión de que tiene cierto grado de control sobre el futuro de sus vidas", sostiene Peter Thall, un bioestadístico de la Universidad de Texas. "Pero la verdad es que tenemos muy poco o ningún control sobre los sucesos más importantes de nuestras vidas".
Los matemáticos han demostrado el rol que juega el azar en la vida: "No hay jugadores exitosos a largo plazo", afirma el matemático Arthur Benjamin, de Harvey Mudd College.
Oídos sordos
Pero no le diga eso a la gente que cree que puede moldear su propia suerte. Están bien representados en los juegos de azar, como las loterías y los casinos. Hace poco, en Queens, un barrio de Nueva York, Dennis Canetty lucía un traje café. No era un traje café ordinario, para ponerse todos los días. El corredor de Wall Street jubilado, de 61 años, lucía su traje café de la suerte para apoyar a su caballo, llamado Always a Party, a ganar en la segunda carrera del día. El poder del traje es real y comprobado: Canetty lo llevaba puesto el día en que Macho Again, otro caballo suyo, terminó segundo cuando las probabilidades eran de 40 a 1.
"Es una tontería", dijo unos minutos antes de la carrera. "Mi esposa cree que estoy loco".
Incluso matemáticos que normalmente se caracterizan por su racionalidad tienen creencias irracionales sobre la suerte. "Les digo a mis estudiantes: no se molesten con los sorteos; es tan poco probable que ganen", cuenta Joseph Mazur, un matemático de Marlboro College y autor del libro "What's Luck Got to Do with It?" (algo así como "¿Qué tiene que ver la suerte?", que se publicará en julio en Estados Unidos. Pero luego su esposa lo anotó en un sorteo y ganó US$20.000.
"Ahí estaba, durante los meses siguientes, participando en todos los sorteos que podía encontrar", recuerda. Fue inútil porque nunca volvió a ganar.
Los inversionistas también tienden a ser supersticiosos. Por ejemplo, durante un eclipse, que para muchas culturas es un mal presagio, los principales índices bursátiles de EE.UU. suelen caer, según una investigación realizada por Gabriele Lepori, profesora asistente de finanzas de la Escuela de Negocios de Copenhague, en Dinamarca. Este efecto persiste incluso tras controlar las noticias económicas y las tendencias a largo plazo. Normalmente los índices se recuperan poco después.
Mark Cuban, propietario del equipo de básquetbol de la NBA Dallas Mavericks, conocido por basar sus decisiones personales en las estadísticas, relata con desconcierto las supersticiones que reinan entre sus empleados mejor remunerados. "Cada vestuario muestra una cómica procesión de supersticiones", escribía en un e-mail. "Tienen rituales basados en el tiempo, en las entonaciones de voz y hasta en determinadas conversaciones. Si uno echa un vistazo a las presentaciones de cualquier equipo de la NBA y lo que hacen sus jugadores, el resultado es un sueño para cualquier antropólogo".
Sin embargo, Cuban es fiel a sus estadísticas. "A fin de cuentas, todo se reduce al desempeño y la información", dice. "Los jugadores cambiarán sus supersticiones pero los números no mienten".
Con todo, reconoce que también tiene sus propias supersticiones para darle un impulso a su equipo. "Pero no hay forma de que se los cuente; eso acabaría con su poder".
Volviendo a Canetty, ¿le trajo suerte su traje café? Su caballo, Always a Party, fue eliminado al comienzo de la carrera. "Tiré ese traje", asegura Canetty. Para la próxima carrera, "probaré con un traje nuevo, a ver si me trae mejor suerte".

wsj.com

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