miércoles, 5 de mayo de 2010

Cinco sencillos trucos para comer menos

Comer la cantidad adecuada en cada comida es vital para evitar el sobrepeso. En ocasiones es difícil calcular cuál es la ración o cantidad que tenemos que comer. Por lo general debemos acabar la comida sin sentirnos pesados, pero para quien le resulte difícil conseguir esto aqui ofrecemos unos cuantos trucos para comer menos:
■Bebe agua antes de la comida: así tu estómago ya estará algo lleno y la sensación de hambre no será tan grande como para engullir en exceso.
■Comienza con una ensalada: la ensalada tiene pocas calorías y se tarda su tiempo en comerla porque hay que masticar mucho, esto hace que nos saciemos antes y que con pocas calorías sintamos que ya estamos satisfechos, evitando los atracones.
■Pide media ración en el restaurante: si sales a comer fuera, por lo general las raciones suelen ser suficientemente grandes, pide la mitad y así te asegurarás que no acabarás con el estómago totalmente lleno.
■Come más veces, pero menos cantidades: esta es una de las regla estrella de la dieta mediterránea, aumentar el número de comidas a 5-6 por día. Esto hará que en las comidas principales los niveles de glucosa no estén tan bajo y lleguemos con esa sensación de hambre tan grande.
■Si estás lleno, ya es demasiado tarde: cuando en la mesa nos echamos para atrás, nos tocamos la barriga y decimos la temida frase: “estoy lleno, no me cabe más”, ya es demasiado tarde, esto significa que hemos comido demasiado, por eso tenemos que aprender a no llegar a estos extremos.

Algunos consejos para comer menos sin darnos cuenta
Desde siempre se ha hablando de la importancia que los sentidos tienen a la hora de alimentarnos, y es que el olfato, la vista y el gusto son los que están implicados directamente en este acto, y son determinantes a la hora de ingerir un tipo u otro de alimento.
Es cierto que el gusto y el olfato son sentidos que forman parte directa del proceso de ingesta de alimentos, pero la vista es muy importante y determinante en esta acción, ya que como hemos escuchado mil veces, ¡también se come por la vista!, y es que no es lo mismo presentar un alimento de una forma u otra, al igual que ofrecer una cantidad u otra de comida. La vista juzgará la presentación de los alimentos que interferirá en la forma de alimentarnos.
En anteriores post hemos visto la importancia que tiene presentar un alimento de una u otra manera, y es que esto influye enormemente en la motivación y predisposición. Simplemente se trata de un tema de proporción, y es que las apariencias juegan un papel importante en la alimentación. Tal es esto que presentar la comida de una u otra forma determinará la cantidad que ingiramos. Por este motivo vamos a proponer algunos trucos para ingerir menos alimento y no llegar a saciarnos a la hora de comer.
Antes de nada tenemos que saber que hay que comer de todo en su justa medida, pero si nos ayudamos de algunas triquiñuelas podemos obtener mejores resultados. Para empezar el tamaño de los platos y vasos es importante. Si presentamos la misma cantidad de comida en un plato pequeño o más grande nos dará un aspecto diferente pareciendo que estamos ingiriendo diferentes cantidades. En el plato pequeño parecerá que comemos más que en el grande, aumentando así nuestra saciedad.
De lo que se trata es de convencernos de que hemos comido mucho y una buena forma de hacerlo es consumiendo alimentos divididos en pequeños paquetes. Si por ejemplo echamos mano de alimentos precocinados o congelados es mejor elegir pequeños paquetes que nos den la sensación de obtener una buena ración con un solo paquete y comer así menor cantidad.
El tamaño de las cucharas a la hora de servir la comida es importante ya que cuanto más grandes sean menos cantidad de cucharadas tendremos que servirnos dando la sensación de que comemos menos que si tenemos una cuchara menor y echamos más número. De esta manera entenderemos que comemos más cantidad y no seguiremos sirviéndonos más alimento.
Sentarnos a la mesa también hace que comamos menor cantidad de alimento, y es que seguir el ritual del primero y segundo plato, separando los alimentos hace que comamos menos, pues parece que ingerimos más cantidad, cuando en realidad estamos comiendo lo mismo que si lo juntásemos todo en un mismo plato.
Es importante que tengamos estos pequeños detalles en cuenta, pues comer como todo es algo a lo que debemos destinar el tiempo que se merece. No son buenas ni las prisas ni el estrés, pues a la larga nuestro cuerpo nos pasará factura.

Masticar bien los alimentos para comer menos y mejor
Todos estamos de acuerdo en que comer es un placer con el que además de facilitar a nuestro organismo los nutrientes necesarios para poder vivir podemos disfrutar. Pero comer inadecuadamente puede traer consecuencias para nuestra salud como el sobrepeso y otra serie de trastornos derivados. Para evitar esto y disfrutar de los alimentos es importante masticar muy bien.
Es cierto que masticar bien no es el remedio para solucionar todos los problemas de sobrepeso, pues se pueden derivar de otro tipo de circunstancias, pero es una ayuda importante para no pasarnos con las comidas y ayudar a nuestro cuerpo a procesar mejor los alimentos.
Todos nosotros masticamos los alimentos para ingerirlos, pero lo hacemos de forma mecánica y rápida en la mayoría de los casos. Es importante que reparemos en esta actividad, pues es el lugar en el que comienza nuestra digestión y asimilación correcta de los nutrientes. En ningún caso debe ser una actividad mecánica, sino que debemos concentrarnos en ella para triturar al máximo el alimento.
Una buena masticación es primordial, pues con ella los alimentos que llegan a nuestro estómago están mucho más trabajados y casi digeridos. De esta manera la labor del estómago es más sencilla ya que la descomposición de los alimentos será más rápida evitando de esta manera las digestiones pesadas que ralentizan nuestro metabolismo y disminuyen el consumo calórico.
De esta manera la digestión es más rápida y los nutrientes se asimilan con más eficacia aprovechándolos al máximo y acelerando el metabolismo, a la vez que nuestros órganos no sufren tanto con la digestión, ya que algunos como el hígado o el páncreas se ven obligados a un trabajo excesivo a causa de alimentos poco triturados.
Es importante ensalivar bien los alimentos para hacer más ligera la digestión, pues la saliva es un componente que ayuda a descomponer los alimentos en nutrientes, por esto es necesaria una buena masticación, ya que la acción de masticar segrega saliva.
Masticar bien los alimentos no sólo agiliza la digestión, sino que también hace que consumamos menos alimento, pues nuestro cerebro detecta que estamos saciados aproximadamente veinte minutos después de haber ingerido el primer bocado. Si masticamos bien los alimentos estaremos más tiempo con un bocado con lo que comeremos más despacio y por lo tanto habremos ingerido menos cantidad de comida para cuando nuestro cerebro informe de que estamos saciados.
A partir de ahora debemos concentrarnos bien en lo que estamos comiendo e intentar masticarlo muy bien, tanto que casi se deshaga en la boca. Yo siempre recomiendo que el líquido se mastique suavemente para mezclarlo con la saliva y hacerlo así más digerible.

¿ Por qué es importante comer despacio?
Comer rápido es malo para la salud, el organismo no está preparado para procesar tanta comida en tan poco tiempo y las consecuencias son negativas. Si todavía no sabes por qué es importante comer despacio aqui te dejamos unas cuantas razones:
■Comer despacio ayuda a perder peso: la sensación de hambre suele desaparecer a los 30 minutos después de comenzar a comer, por tanto cuanto más despacio se coma menos calorías se ingerirán cuando ya no sintamos la necesidad de comer.
■Se disfruta mucho más de los sabores: y ello hace de la comida un acto más agradable y relajante y que no se eche mano de tantas salsas para enmascarar sabores y que todas las comidas sepan lo mismo.
■Mejora la digestión: el sistema digestivo tiene un ritmo máximo para procesar alimentos, al comer despacio y masticar bien facilitamos la digestión y éstas serán menos pesadas.
■Evitamos los sitios fast-food: el comer rápido es sinónimo de no tener tiempo y de acudir a los sitios de comida rápida, donde en la mayor parte de los casos los platos no suelen ser muy saludables. Es mejor opción dedicar un tiempo al día a cocinar y así mejorar a largo plazo nuestra calidad y cantidad de vida.
■La comida debe de ser un acto social saludable: donde se establezcan charlas distendidas y esto haga que comamos más despacio, menos y que la hora de comer no suponga un tiempo de estrés, sino todo lo contrario, un lugar en el día donde apartarse de los problemas y disfrutar con la comida.
vitonica.com

No hay comentarios: