jueves, 13 de mayo de 2010

Alergias que se comen

MARÍA VALERIO
MADRID.- Para los alérgicos a los alimentos, la respuesta no está flotando en el aire, como diría Bob Dylan, sino reposando encima de la mesa, en el plato. El 'enemigo' puede ser el huevo, el pescado, la leche, el melocotón, las avellanas... y así una larga lista que sigue creciendo, a tenor de las estadísticas. De momento, la única solución es eliminar de la dieta el alimento que provoca la alergia, con todo lo que eso conlleva para la economía de miles de familias.
Esta semana, la revista 'The Journal of the American Medical Association' publica una revisión de 72 estudios publicados sobre alergias alimentarias y sus conclusiones no son muy halagüeñas: pese a que el problema está aumentando en los últimos años, faltan aún criterios homogéneos para diagnosticar y tratar estas alergias.
Se calcula que el problema afecta a entre un 2% y un 10% de la población, según los datos que maneja en su artículo el equipo de Jennifer Schneuder, de la Universidad de Stanford (EEUU), y con los que coincide el alergólogo madrileño Santiago Quirce, jefe del servicio de Alergias del Hospital Universitario La Paz (Madrid).
"Faltan estudios de prevalencia en la población general, aunque los datos que manejamos en las consultas de alergología hablan de un 2% entre los adultos y hasta un 8% en los niños", explica a ELMUNDO.es. Para paliar esa falta de información, la Unión Europea ha puesto en marcha el proyecto Europrevall, con participación de 17 países (entre ellos España).
En nuestro país, los datos obtenidos de más de 5.000 visitas a las consultas de alergia, indican que entre 1992 y 2005, las visitas por alergias a los alimentos han pasado del 3% al 7,5%. Y entre los más comunes, en adultos, destacan las frutas, sobre todo las rosáceas (melocotones, peras, manzanas...) que protagonizaron el 33% de las consultas, seguidos de frutos secos (26%), marisco (22%), huevo (16%), leche de vaca y lácteos (14%), etc.
Niños y adultos
"En los niños, la lista de alimentos alérgenos es diferente, y está encabezada por leche y huevos", aclara el doctor Quirce. En el caso de los niños la evolución de la enfermedad también es diferente, y lo habitual es que el problema vaya desapareciendo con los años. "Cuando eso no es así, y sólo en algunos casos muy seleccionados, está empezando a probarse la inducción de tolerancia oral", que consiste en ir forzando la tolerancia del sistema inmune a los alimentos mediante cantidades muy pequeñas, que van habituando al sistema inmune a ese alérgeno.
En los adultos, esta terapia de inducción también se está probando de manera experimental con melocotón, avellana o cacahuete, aclara el alergólogo de La Paz. "Pero en este caso lo que se logra es que los pacientes que antes reaccionaban incluso ante cantidades mínimas toleren algo más de nivel, pero siguen siendo alérgicos".
Precisamente, como aborda también el artículo de 'JAMA', las cantidades son una de las claves para diferenciar las alergias propiamente dichas de las intolerancias. "El ejemplo de la leche es el más paradigmático", prosigue Quirce. Una persona alérgica sufrirá sobre todo reacciones de tipo urticaria, picor en las manifestaciones más leves, hasta hipotensión o broncoespasmos en los más graves. "La alergia ocurre siempre que haya contacto con el alimento en cuestión, incluso en las cantidades más pequeñas; mientras que la intolerancia se describe mejor por una sensación de que 'me sienta mal' y no es reproducible en todas las ocasiones".
Como concluyen los autores en la revista, es importante disponer de un diagnóstico certero, porque de otra manera se contribuye a ocultar la verdadera morbilidad que sufren los pacientes verdaderamente afectados por alergias alimentarias "y perpetúan la falsa sensación en la población de que se trata de un problema médico trivial".


Frutos secos, melocotón y gambas son los alimentos que más alergias provocan
EFE ELMUNDO.es
BARCELONA MADRID.- Los frutos secos, el melocotón y las gambas son los alimentos que más alergias provocan entre los adultos españoles, según un estudio que está elaborando la Sociedad Catalana de Alergia e Inmunología Clínica (SCIAC) en colaboración con 11 hospitales de esta comunidad.
El alergólogo del Hospital de Bellvitge y responsable del SCIAC, Ramon Lleonart, ha destacado en la presentación de los primeros datos preliminares que "el alérgico no nace sino que se hace" y ha añadido que la mayoría de las alergias en edad adulta se desarrollan a partir de los 20 años.
Lleonart ha destacado el incremento de personas alérgicas a los alimentos que se ha registrado durante los últimos años en los países desarrollados y ha apuntado que estas alergias afectan a un 3% de la población en general y a un 8% en los menores de tres años. "Entre 1992 y 2005, las alergias alimentarias prácticamente se han duplicado", explica el investigador español a ELMUNDO.es; "han pasado de representar el 3,5% de las consultas a los alergólogos, al 8%".
Aunque el estudio catalán seguirá reclutando pacientes hasta incluir a unas 1.500 o 2.000 personas (de momento llevan unas 300), los primeros datos ya arrojan algunas conclusiones sobre este problema, que muestra algunas diferencias geográficas con respecto a otros países.
Diferencias geográficas
"La alergia es una cuestión de exposición, y mientras en EEUU se ven más alérgicos al cacahuete, aquí estamos viendo alergias a productos como el melocotón o incluso la lechuga". Mientras que en los niños, por el contrario, se ve un perfil más homogéneo en todo el mundo de alergia al huevo o a la leche.
Otro de los problemas que también está advirtiendo el estudio es el tema del sobrediagnóstico. Según el presidente de la sociedad, Antonio Valero, un 20% de los pacientes que creen tener alergia a algún alimento no son realmente alérgicos. "A veces la alergia se diagnostica alegremente, y todo el mundo se atreve a poner la etiqueta de alérgico", señala por su parte Lleonart. Existe, reconoce, una cierta moda de autodiagnóstico, "como en el caso de la intolerancia a la lactosa".
Más peligroso que el autodiagnóstico es el retraso en obtener un diagnóstico preciso, prosigue el especialista en alergias del Hospital de Bellvitge. Un problema que Valero relaciona con el déficit de médicos especialistas. "Este retraso provoca un empeoramiento progresivo de su calidad de vida", ha dicho Valero, que ha asegurado que la sociedad "no está preparada para este tipo de enfermos".
Actualmente la prevención es la mejor manera de luchar contra las alergias, ha agregado el presidente de la SCAIC. "Podemos tratar los efectos que producen, como la rinitis o el asma, pero no podemos evitar la alergia", ha dicho Lleonart.
Las alergias pueden presentarse de diversas maneras en función de su gravedad. Desde la urticaria, que es la forma más frecuente, hasta la anafilaxia, un síndrome de potencial riesgo vital. "De hecho, la causa de la mayoría de casos de anafilaxia que vemos en urgencias vienen provocadas por una alergia alimentaria", ha apuntado Lleonart.
Un paciente presenta un cuadro de anafilaxia cuando como consecuencia de la crisis quedan afectados diversos órganos. "Esto provoca que para recuperarse el paciente requiere que le inyecten adrenalina", ha detallado Lleonart.
elmundo.es

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